“CUIDADO CON UNA SOCIEDAD DE PADRES AUSENTES” PAPA FRANCISCO

Es una realidad que alguien, diferente al medio natural que son los padres de familia, pretende tomar el control sobre nuestros hijos.

En todos los países se va imponiendo una ideología que es nociva para los niños y adolescentes, que vulnera los principios naturales y familiares, las tradiciones culturales, así como la libertad para educar, y la libertad religiosa.

CAMINO DE ACCIÓN: ¿QUÉ PODEMOS HACER? 

Los invitamos a:

1. Retomar el rol de primer referente, reconectando nuevamente con la mente y el corazón de niños y jóvenes, resignificando la importancia de la vivencia del amor en familia.
2. Transmitir con fuerza y claridad la verdad (ajena a las ideologías), defendiendo la vida, el amor, la familia, la libertad religiosa, de conciencia y la libertad para educar, en nuestros hogares y en la sociedad.

¿QUÉ IMPLICA RESIGNIFICAR EL AMOR?

• Comprender que el amor de los padres hacia los niños constituye el vínculo que más dignifica y desarrolla adecuadamente al ser humano.
• Cambiar, mediante pequeños gestos, el día a día de la misión como padres, para lograr comprender, formar y amar en la verdad.
• Mejorar la dinámica familiar para atraer a los niños al refugio seguro del hogar y recurrir al “arma más poderosa”: el amor.
• Modificar los prejuicios negativos acerca de la decisión de ser los primeros formadores de nuestros hijos. “No es una idea pasada de moda o mal vista por los conceptos del libre desarrollo de la personalidad”.
• Experimentar que “Amar y Formar” es útil para pensar despacio, analizar, compartir los sueños y establecer el diálogo.
• Comprender que el amor abre las puertas para conocer, consolar y apoyar. El amor de familia es un inmenso botiquín con toda clase de medicinas que sanan la ansiedad, la soledad, el insomnio, la melancolía, el mal genio, los malos recuerdos, los dolores del amor… que realmente curan los dolores producidos por supuestas medicinas externas.
• Reconocer que el amor de familia es válido y útil siempre, a cualquier hora y en cualquier lugar. 
• Vincular en familia viviendo los sentimientos, aprender a leer el rostro de nuestros hijos, y tener fuerza para la rebelión contra las ideas falsas de lo que venden como amor.
• Demostrar que en la familia todos somos amados incondicionalmente.
• Afirmar que en la familia también estamos llamados a acoger y a amar a otros.
• No permitir que limiten el derecho de los padres a ser los primeros educadores de sus hijos (hoy cursa el proyecto de ley 229 en el Congreso que busca ELIMINAR ese derecho fundamental).
• Promover y actuar para proteger a nuestros hijos de daños emocionales, patrones de comportamiento inadecuados, baja capacidad de compromiso afectivo y de la violencia sexual presencial o virtual producto de ideologías y prácticas sexuales no adecuadas a su edad.
• Llegar con amor y con verdad a nuestros hijos, con respeto, con argumentos claros, con tiempo para conversar, para enseñar y para actuar con coherencia.
• Reconocer que educar con valores nunca pasa de moda, que educar es no solo enseñarles a caminar sino enseñarles a dónde dirigirse, a encontrar su fin y a donde pueden llegar, el sentido de la vida.

“¡ES UNA BATALLA DE AMOR Y QUIEN AME MÁS Y DURANTE MÁS TIEMPO, GANARÁ!”

¿CÓMO HACERLO?

✓Actuar como una caja de resonancia (figurativa). Aumentar la influencia. Cuando la verdad y el amor en su significado real – resignificación del amor – (como cualquier sonido) rebota en una caja de resonancia, no solo llega a más personas, sino que también se transmite con mayor claridad.

✓Necesitamos conocer las AMENAZAS REALES EXISTENTES contra el corazón y la vida de nuestros hijos, y DEFENDER con acciones concretas la VIDA, el AMOR, la FAMILIA, y la LIBERTAD (hoy cursan 2 proyectos de ley que los vulneran, el PL 229/2021 de “educación sexual integral” y el PL 006/2022 (pretende legalizar la Eutanasia a partir de los 6 años de edad).

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Pidamos en esta Navidad que los padres no dejemos apagar la luz de la Verdad y el amor que quieren apagar en nuestras mentes y corazones y en las de nuestros hijos.